Protestas en la Universidad de Los Andes, núcleo mérida / Leonardo León |
En Caracas hubo dos protestas ayer para solicitar un aumento en los recursos asignados por el Ejecutivo nacional
Las universidades Central de Venezuela y Pedagógica Experimental Libertador salieron ayer a las calles de Caracas para exigir aumentos de salarios, pagos de deudas y mejoras en el presupuesto asignado por el Ejecutivo nacional.
Con toga y birrete, los profesores de la UPEL se apostaron en los semáforos de la avenida Rómulo Gallegos, a la altura de Los Ruices, frente a la sede del Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio y cercano al canal Venezolana de Televisión, para rogar la atención del Gobierno. “Nuestras exigencias son conocidas: salario integral, pago de deudas, pasivos laborales. Tenemos casos de personas con más de 14 años jubiladas que no perciben pagos. A mí, por ejemplo, me debían en 2002 alrededor de 20.000 bolívares. Con ese monto en aquella época podía pedir la inicial para un carro, ahora me sirve para comprar una nevera”, explicó Juan Pita, presidente de la asociación de profesores del IMPM.
La manifestación fue precedida por otra en la avenida Francisco de Miranda, a la altura de los Dos Caminos. La vía fue cerrada ayer, en la mañana, durante tres horas, aproximadamente, por profesores y alumnos de la Escuela de Enfermería de la UCV. “Sabemos que seguirán uniéndose compañeros para apoyarnos en esta lucha, que no es de uno, sino de todos. Queremos que se escuche nuestra voz de forma plural. Lamentablemente, no hemos tenido otra forma de solicitar nuestros derechos, ése es el motivo de tomar las calles”, dijo Celeste Otero, estudiante de la institución académica.
Maribel Osorio, directora de la Escuela de Enfermería de la UCV, indicó que el Gobierno no ha ajustado los salarios acorde con el costo de la vida: “¿Cómo es posible que un profesor universitario en nivel de instructor gane 600 bolívares cada 15 días? Hubo una devaluación y seguimos con el mismo sueldo. Somos un sector de la sociedad relegado, que no se ha tomado en consideración. Hemos intentado dialogar con el ministro de Educación Superior, Pedro Calzadilla; pero estamos en espera”.
En la protesta destacaron estudiantes con pancartas alusivas a las condiciones de la Escuela de Enfermería. “Es una de las más afectadas por el déficit de recursos. No contamos con estructuras físicas adecuadas, pues padecemos de filtraciones y estamos en riesgo”, explicó Doriana Lira, alumna de la UCV.
Posturas del paro. Aún no hay consenso con relación al paro indefinido convocado por la por la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela para el próximo 23 de mayo. Pese a que algunas han manifestado públicamente su apoyo a la medida, otras empiezan a abstenerse.
La Universidad Simón Bolívar decidió, en asamblea celebrada ayer, abstenerse de participar en el paro convocado Fapuv. Rafael Álvarez, presidente de la Asociación de Profesores de la USB, dijo que continuarán con las protestas, pero consideran inconveniente unirse a la huelga: “Necesitamos una universidad abierta y en acción. Al Gobierno le conviene el paro indefinido para jugar al desgaste y quizás hasta sustituirnos en nuestros puestos de trabajo. El jueves apoyaremos la movilización de la Fapuv hasta el Ministerio de Educación Universitaria y el 22 iremos a la marcha nacional universitaria”.
Indicó que está el Gobierno está de espaldas a la ley. “Desconoce todos los acuerdos federativos, normas de homologación, no reconoce al Consejo Nacional de Universidades ni a las federaciones elegidas por las bases universitarias”, agregó.
El plazo otorgado por Fapuv, el pasado viernes, para cumplir con la totalidad de las peticiones es de dos semanas. Si el Gobierno no llega a un acuerdo antes de la fecha fijada, entonces se iniciará una huelga. El Consejo Universitario de la UPEL divulgó un comunicado para apoyar el paro. Exhortó al Ejecutivo nacional a escuchar al gremio para encontrar una salida a la paralización de actividades académicas: “Hacemos un llamado a practicar el diálogo, como base de la comunicación, que garantice la resolución del conflicto universitario en un clima de convivencia y paz, y que asegure el derecho de los estudiantes a recibir una educación de calidad, sin interrupciones que retrasen las culminaciones de sus proyectos y metas”.
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