Gobierno atribuye las fallas en el mercado a los consumidores
El Gobierno nacional ha transferido al ciudadano común la responsabilidad de los problemas estructurales que existen en el país.
La expansión del consumo, promovida por el propio Gobierno gracias a la bonanza petrolera, se ha convertido en la excusa para esconder las fallas en la oferta de bienes y servicios, tanto de las empresas públicas como las privadas.
Con el aumento en la demanda ha quedado al descubierto el deterioro del aparato productivo interno y la falta de inversión en la infraestructura del país. Esto a su vez, ha dado paso a los ciclos de escasez de alimentos, medicamentos, limitaciones en la oferta de bienes duraderos como electrodomésticos, vehículos, repuestos viviendas, y también a los racionamientos de energía eléctrica y de combustible.
La estrategia surgió en 2009. El fenómeno del Niño develó la insuficiencia del sistema de generación de electricidad nacional, entre otros factores, por falta de inversión y mantenimiento. En ese entonces, Hugo Chávez dijo que la crisis eléctrica se debía al derroche que los venezolanos hacían del servicio.
"El problema de la energía es de todos, por eso yo les hago un llamado a todos los venezolanos a que se sumen a la campaña de ahorro de energía porque aquí todo el mundo es derrochador", aseveró Chávez. Además agregó que "los más ricos son los que más derrochan".
El mandatario expresó en diversas oportunidades que la mejora en el poder adquisitivo de la población incentivó la compra de electrodomésticos y equipos, lo cual disparó la demanda del servicio.
La escasez de alimentos, recurrente en los últimos cuatro años, también ha sido endosada al consumidor. El Gobierno ha querido tapar el estancamiento de la producción y las limitaciones de la oferta apelando al argumento de que los venezolanos compran más de lo que necesitan. Tanto Chávez como los voceros del alto Gobierno han dicho que las "compras nerviosas" son las que desestabilizan el mercado.
El vicepresidente Ejecutivo, Nicolás Maduro, dijo recientemente que si un consumidor "se lleva cuatro paquetes de azúcar, cuatro paquetes de leche, así no aguanta un país (...) si salimos todos a comprar pan, ya no va a haber pan porque el mercado funciona a un ritmo".
El ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, también hizo su aporte a la "teoría del alto consumo", al decir que la demanda de gasolina es "irracional".
La ministra de Comercio, Edmée Betancourt, también señaló a los consumidores por la distorsión del mercado automotor. "Venezuela no se puede transformar en un estacionamiento", dijo la funcionaria y aseveró que comprar carros "no es una necesidad".
Tesis errada
Para el Presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), Roberto León Parilli, el Gobierno ha mantenido una actitud de inculpar al consumidor y creó la matriz del "derrochador". En la práctica esto se ha traducido en multas y sanciones para la población.
"Lo que recibe el consumidor con todo esto son compras atadas de un paquete de cualquier producto, colas enormes para poner gasolina, racionamientos eléctricos. Está castigado por despilfarrador cuando los problemas de fondos son otros", expresó León.
Explicó que el impacto en el consumidor es moral y legal porque tiene sus derechos lesionados. "La gente se cansa de ser señalada de culpable y eso genera insatisfacción. Impacta además en el derecho a elegir. Son muchísimas las denuncias por las multas eléctricas y el chip para poner gasolina. La forma de impartir las políticas públicas son las que nos tienen así dependiendo de las importaciones porque no hay producción".
Asegura que el consumidor venezolano se ha acostumbrado a la fuerza a esos mecanismos, pero no los acepta. "Lo que pasa es que no hay vías de reclamo por la intervención del propio Estado".
En el caso de la gasolina indicó que la falta de planes y políticas para aligerar el tránsito potencia el consumo de gasolina. "Los días de parada era una forma de ahorrar, pero eso cayó en el tema político".
Adicionalmente León indicó que para minimizar las quejas del consumidor, las autoridades han priorizado el abastecimiento y la prestación del servicio al Área Metropolitana de Caracas, dejando desasistido otras zonas del territorio nacional.
El presidente de Anauco considera que deben aplicarse medidas paliativas que favorezcan al consumidor y no decisiones que lo afectan directamente, como el racionamiento eléctrico o la devaluación.
Versión empresarial
Desde el ámbito empresarial también se han criticado las medidas del Gobierno nacional, ya que no resuelven los problemas de fondo.
Recientemente Carlos Fernández, presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), afirmó que con la política de controles no se atacan las raíces de las distorsiones. "Con los controles están atacando las consecuencias y no las causas".
El directivo destacó, además, que en los últimos años se ha reducido la oferta de productos de toda índole. "Hay un problema de que cada día hay menos oferentes en todos los sectores".
Distintos voceros empresariales han insistido en los últimos años en que las trabas para obtener divisas oportunamente, la falta de materia prima, la conflictividad laboral y las demoras en los puertos para nacionalizar la mercancía, han afectado el normal abastecimiento del mercado nacional, generando así un panorama donde hay más demanda que oferta real.
La expansión del consumo, promovida por el propio Gobierno gracias a la bonanza petrolera, se ha convertido en la excusa para esconder las fallas en la oferta de bienes y servicios, tanto de las empresas públicas como las privadas.
Con el aumento en la demanda ha quedado al descubierto el deterioro del aparato productivo interno y la falta de inversión en la infraestructura del país. Esto a su vez, ha dado paso a los ciclos de escasez de alimentos, medicamentos, limitaciones en la oferta de bienes duraderos como electrodomésticos, vehículos, repuestos viviendas, y también a los racionamientos de energía eléctrica y de combustible.
La estrategia surgió en 2009. El fenómeno del Niño develó la insuficiencia del sistema de generación de electricidad nacional, entre otros factores, por falta de inversión y mantenimiento. En ese entonces, Hugo Chávez dijo que la crisis eléctrica se debía al derroche que los venezolanos hacían del servicio.
"El problema de la energía es de todos, por eso yo les hago un llamado a todos los venezolanos a que se sumen a la campaña de ahorro de energía porque aquí todo el mundo es derrochador", aseveró Chávez. Además agregó que "los más ricos son los que más derrochan".
El mandatario expresó en diversas oportunidades que la mejora en el poder adquisitivo de la población incentivó la compra de electrodomésticos y equipos, lo cual disparó la demanda del servicio.
La escasez de alimentos, recurrente en los últimos cuatro años, también ha sido endosada al consumidor. El Gobierno ha querido tapar el estancamiento de la producción y las limitaciones de la oferta apelando al argumento de que los venezolanos compran más de lo que necesitan. Tanto Chávez como los voceros del alto Gobierno han dicho que las "compras nerviosas" son las que desestabilizan el mercado.
El vicepresidente Ejecutivo, Nicolás Maduro, dijo recientemente que si un consumidor "se lleva cuatro paquetes de azúcar, cuatro paquetes de leche, así no aguanta un país (...) si salimos todos a comprar pan, ya no va a haber pan porque el mercado funciona a un ritmo".
El ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, también hizo su aporte a la "teoría del alto consumo", al decir que la demanda de gasolina es "irracional".
La ministra de Comercio, Edmée Betancourt, también señaló a los consumidores por la distorsión del mercado automotor. "Venezuela no se puede transformar en un estacionamiento", dijo la funcionaria y aseveró que comprar carros "no es una necesidad".
Tesis errada
Para el Presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), Roberto León Parilli, el Gobierno ha mantenido una actitud de inculpar al consumidor y creó la matriz del "derrochador". En la práctica esto se ha traducido en multas y sanciones para la población.
"Lo que recibe el consumidor con todo esto son compras atadas de un paquete de cualquier producto, colas enormes para poner gasolina, racionamientos eléctricos. Está castigado por despilfarrador cuando los problemas de fondos son otros", expresó León.
Explicó que el impacto en el consumidor es moral y legal porque tiene sus derechos lesionados. "La gente se cansa de ser señalada de culpable y eso genera insatisfacción. Impacta además en el derecho a elegir. Son muchísimas las denuncias por las multas eléctricas y el chip para poner gasolina. La forma de impartir las políticas públicas son las que nos tienen así dependiendo de las importaciones porque no hay producción".
Asegura que el consumidor venezolano se ha acostumbrado a la fuerza a esos mecanismos, pero no los acepta. "Lo que pasa es que no hay vías de reclamo por la intervención del propio Estado".
En el caso de la gasolina indicó que la falta de planes y políticas para aligerar el tránsito potencia el consumo de gasolina. "Los días de parada era una forma de ahorrar, pero eso cayó en el tema político".
Adicionalmente León indicó que para minimizar las quejas del consumidor, las autoridades han priorizado el abastecimiento y la prestación del servicio al Área Metropolitana de Caracas, dejando desasistido otras zonas del territorio nacional.
El presidente de Anauco considera que deben aplicarse medidas paliativas que favorezcan al consumidor y no decisiones que lo afectan directamente, como el racionamiento eléctrico o la devaluación.
Versión empresarial
Desde el ámbito empresarial también se han criticado las medidas del Gobierno nacional, ya que no resuelven los problemas de fondo.
Recientemente Carlos Fernández, presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), afirmó que con la política de controles no se atacan las raíces de las distorsiones. "Con los controles están atacando las consecuencias y no las causas".
El directivo destacó, además, que en los últimos años se ha reducido la oferta de productos de toda índole. "Hay un problema de que cada día hay menos oferentes en todos los sectores".
Distintos voceros empresariales han insistido en los últimos años en que las trabas para obtener divisas oportunamente, la falta de materia prima, la conflictividad laboral y las demoras en los puertos para nacionalizar la mercancía, han afectado el normal abastecimiento del mercado nacional, generando así un panorama donde hay más demanda que oferta real.
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